Este último mes lo he dedicado a entender las redes sociales, o intentar entender mejor dicho, en mi cabeza han empezado a sonar palabras muy extrañas como branding, brainstorm, feed, networking, marketing…

Asistí a una cena de Cenas adivina con Virginia Moll una copywriting bien Mallorquina ( os debo resumen) . ¡Pero también tuve el placer de cruzar correos con Marta Simonet toda una experta de la comunicación y de la comida!

Así se presenta Marta, vamos a conocer todo lo que nos cuenta.

Entrevista a Marta Simonet - Sa Madona de Ca'n Xinet

Soy Marta. Nací hace 38 años en Génova, una barriada palmesana. En Mallorca. Me apasiona cocinar y la vida alrededor de la mesa, la decoración, leer, el mar, escribir como si me diera la vuelta, la música de piano y las personas que hablan bajito. Trabajo en Banquete de ideas, una agencia de contenidos que cofundé junto a Jaime Collazos y desde la que ayudamos a pequeñas y grandes marcas a tener contenidos que se salen del molde para estar en boca de todos: ideamos y producimos contenidos digitales. Mi mayor mérito — además del premio a mejor blog gastronómico de España y otras estatuillas que hacen mucha ilusión— es poder dedicarme a lo que realmente me apasiona: la comunicación, la gastronomía y el universo que las une. Es todo un mérito convertir una pasión en profesión, ¿verdad?

Cuando he vivido fuera o cuando he hecho viajes largos, lo que más añoro es el olor de la isla. Esa mezcla salina que se pega a la piel. También las galletas marineras o los llonguets de camaiot y queso. Y, sin duda, cada mañana fuera de la isla añoro el Laccao.

¿Qué plato de la gastronomía mallorquina te gusta más?

Muchísimos, pero si hoy tengo que elegir uno: el tumbet, con los ajos bien dorados y un poco de lomo coronando la torre de verduras y tomate. Pienso en el llonguet y veo a mi madre con los brazos en jarra y la espumadera; una sartén grande sobre el fuego de leña y una pregunta en el aire: ¿te frío también un huevo? Claro que sí, mamá. Y un plato todavía más sencillo, del que no me cansaría: pamboli con sobrasada e higos. Oh, dolç moment!

– ¿Qué bebida típica o hecha en Mallorca te gusta más?

La piña. Tan nuestra. Recuerdo la primera vez que me la dio a probar mi abuelo sobre aquel mantel de hule con cuadros rojos y blancos de mi abuela. Tenía algún roto por el que metía el dedo mientras esperaba que mi abuelo (Jaume, como buen mallorquín. I fet a Sóller) me acabara de llenar el vaso. Lo miré con ojos de cocacola y desde aquel momento pensé que esta receta sí que destapa la felicidad. Ojalá no se pierda nunca.

– ¿Una canción o musico mallorquín?

Illes dins un riu de Tomeu Penya. No hay lugar a dudas aquí. Es para mí un himno isleño cuando pica la nostalgia.

Si tuvieras que elegir un sitio, ¿qué rincón de Mallorca sería?

Cualquiera de los miradores de S’Arxiduc, en la Serra de Tramuntana. Con esas vistas de acantilados al mar desde los que parece que puedes volar. Más de una vez, he metido en una cesta unas galletas marineras, un trozo de queso mahonés, una botella de vino y una copa de cristal para ver caer el sol. El mundo se para cuando aquella bola naranja se baña en el mar. No necesito más. Qué suerte haber nacido aquí, ¿tú no lo piensas?

– ¿Y por ti, que es ser mallorquín?

Que no te moleste la sal en la piel. Aquellas abarques de hace años. Restregar tomate en el pan. Hacer un capfico. Y sacar pecho de una manera inevitable cuando suena aquella canción de Serrat.

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